Nací en Bogotá, Colombia un país latinoamericano con una fuerte influencia católica. Desde pequeña me ha acompañado el interés y la curiosidad espiritual, que el universo ha ido poco a poco siempre alimentando a través de personas, conocimiento y herramientas. 

Recuerdo como un momento especial cuando algo más grande, llegando a la adolescencia, conocí a dos grandes maestros que marcaron mi vocación e incluso hoy, estando en un presente tan relacionado a mi vocación, veo como en ese momento ya estaba interactuando con las herramientas que hoy se me dan y puedo compartir para ayudar.

Terminé de entender mi propósito y vocación, cuando hace unos años quise llevar a una conferencista que habla sobre niñ@ interior al colegio de mis hijas y mientras hacía el contacto con ella (que me miraba raro mientras hablaba) me dijo: Tú y yo tenemos que trabajar juntas. Así, casi de manera mágica, empecé a trabajar con ella y en esa labor pude entender desde la parte administrativa, como este camino podía ser también mi sustento y estilo de vida. Ella me marcó con una sentencia llena de amor que hoy me recuerda el por qué inicié: El mundo tiene que conocer tus habilidades.